Cuando se reveló el calendario
portugués de carretera para 2012,
se ha producido una ‘expectativa agradable’
con relación al número de pruebas, considerado ‘relativamente razonable’.
Las expresiones ‘expectativa agradable’ y ‘relativamente razonable’ se utilizan igualmente en 2013. ¿Por qué? Por la inseguridad del calendario portugués...
El inicio del año siempre
es marcado por algunas dudas...
cuántos equipos son continentales,
cuántos clubes logran mantener el equipo sub-23, cuántas carreras de la temporada anterior
van por la carretera en la temporada
actual, entre otros temas de fuero
interno siempre apetecibles de
desmenuzar para aquellos
a quién les gusta los temas sensacionalistas,
que no es el caso.
Al conocer el calendario de esta temporada, la ‘expectativa’ fue superada. Se puede considerar
el número de pruebas no sólo ‘relativamente’
pero bastante razonable para la crisis que el país
atraviesa. El problema reside en
el temor de que, tal y como
en 2012, las pruebas se vayan esfumando [siendo canceladas] a lo largo del año por
razones poco o nada explicadas, como el
caso del Gran Premio Alves
Barbosa o la
Clásica de Amarante, esta prueba
a contar para la Copa de Portugal,
se realizando cuatro de las cinco pruebas programadas.
Puede parecer de poca importancia disputarse
menos dos o tres pruebas, pero cuando se critica a los equipos por sólo pensar
en la Volta a Portugal, por no mirar a las demás carreras con igual interés, de querer ahorrar a sus ‘líderes’ para la ‘Grandíssima’... tenemos que llegar a
la conclusión de que esta es verdaderamente la única carrera
garantizada en el calendario portugués.
Así, ¿es tan criticable la actitud de los equipos? Al final, no sólo de aire y pasión viven las
escuadras y sus patrocinadores quieren, encima de todo, un buen desempeño
en la más importante prueba del año ciclista portugués, ya que es la que tiene más relieve y visibilidad en los
medios de comunicación.
Sin embargo, este año la magia de las Clásicas y de los
Circuitos parece estar de vuelta en
mayor número. Una señal positivo dibujado
en papel, esperemos que se materialice en la carretera.
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