La magia de los clásicos perdura en el tiempo y en la memoria de aquellos
que los aprecian. En las películas hay que mirar más allá del tema
aparentemente simple de un romance entre los personajes principales. En el ciclismo
la fórmula a utilizar es la misma, pero mirando al ciclista e intentando
entender en su rostro el grado de superación a cada golpe de pedal, pues este
es un deporte que deja al descubierto la personalidad de todos aquellos que nos
hacen enamorar por esta modalidad. Así sucedió hace unos años, cerca de 30, con
una niña que asistía por televisión a la Volta a Portugal en Bicicleta. En la
pantalla, un nombre quedó grabado para siempre en la historia del ciclismo
portugués: Marco Chagas...
El campeón portugués despertó para el ciclismo a los 6 años cuando recibió de
regalo de Navidad una bicicleta en segunda mano, comprada y enviada a reparar
por su padre, y que guarda hasta hoy con la mayor estima pero sin ruedas, ya
que es difícil encontrar la medida cierta de tan antigua que es. Pero la pasión comenzó a los 4 años,
marcada por la presencia inolvidable de su tío Ramiro Martins en los Juegos
Olímpicos de Roma en 1960, conocido ciclista del Benfica. Sin embargo, su
historia en el ciclismo portugués comenzó a escribirse en serio a la edad de 15
años cuando disputó sus primeras carreras y a los 16 años con el título de
Campeón Distrital. La destreza en la bici despertó atención y su aire intrépido
de campeón le llevó a hacer pruebas en dos grandes Clubes, el Benfica y el Sporting.
Incluso hoy pocos saben del interés del primero en el inicio de su carrera. El entrenador
del Benfica y ganador de la Volta a Portugal de 1966, Francisco Valada, hizo todo lo
posible para garantizar la joven promesa en el club rojo, pero el corazón batía
de color verde y quién ganó esta disputa fue Vítor Matias del Sporting. Así, a
los 17 años ya corría federado y todo parecía rolar sobre ruedas hasta que se
dio la Revolución de abril de 1974 y los clubes con equipos de ciclismo dijeron adiós a la modalidad durante algunos años. Un revés para muchos ciclistas en
inicio de carrera como Marco Chagas, que veían así el futuro en el ciclismo en
peligro.
Desistir era una palabra que no constaba en su diccionario y continuó
entrenando duro al mismo tiempo que trabajaba. La recompensa llegó en 1976 con su primera participación
en la Volta a Portugal. La oportunidad llegó de la mano
de un soñador, propietario de un taller de coches, que se propuso a formar un equipo de
ciclismo – el Costa do Sol – formado mayoritariamente por los valores del
Sporting y también del Benfica. En su primera Volta, Marco Chagas ganó tres
etapas y finalizó en un honroso sexto puesto. Ese mismo año fue Campeón
Nacional de Ruta, la primera de las cuatro veces que lo conquistó. La joven promesa no desilusionaba y, después de 21 meses de
servicio militar en la sección deportiva de la Fuerza Aérea en la Ota, regresó en
1979 a la Volta a Portugal por el equipo Lousa-Trinaranjus y con la que conquistó
el primer lugar. La alegría duró una semana, tras la cual fue descalificado por
acusar una sustancia prohibida - una anfetamina - y la desilusión cayó sobre el
joven Chagas. De fuerte e íntegra personalidad, siempre reconoció su error: «Yo creí en las personas, era joven y tenía
poca experiencia». Este momento lo marcó de tal forma que decidió ir a
Francia durante un año, con el equipo Punch. Una vez más el corazón habló más
fuerte y en 1981 regresó a las carreteras portuguesas a través de una
invitación del FC Porto, equipo que ganó ese año la Volta a Portugal con Manuel
Zeferino en el liderato.
En el año siguiente, de joven promesa pasó a campeón realizado, comenzando
a escribir su historia dentro de la gran historia que es la Volta a Portugal en
Bicicleta. En 1982 y 1983, 1985 y 1986, la brava personalidad del campeón
Chagas se reveló a cada golpe de pedal por las cuatro victorias. En sus propias
palabras, «yo me daba muy bien con la
presión, con el querer ganar, al contrario de los demás. Había quien estuviese
tallado para trabajar para los demás, pero yo estaba decidido a llegar al
amarillo y no lo quitar». ¿La historia podría haber sido aún mayor?
Probablemente, si no hubiera sido impedido - y no descalificado como
muchos cuentan - de luchar por su Volta en 1984 y 1987, años en el que se le descubrió
una sustancia derivada de la efedrina y que jura nunca haber tomado. Por veces,
la historia es injusta para los que son puros vencedores y ni mismo la sospecha
a recaer sobre algunos suplementos, entonces comprados en los EE.UU. también utilizados
en el equipo de fútbol del Sporting, puede borrar la errada culpabilidad impuesta
al ciclista. Sin embargo, también no se borraron de la memoria de esta niña,
que a los tres años quedaba encantada a ver el ciclista Marco Chagas en la
televisión, las cuatro victorias de la Volta a Portugal. Las dos primeras
fueron conquistadas al servicio de los equipos FC Porto y Mako Jeans, las dos
últimas por el Sporting club de su corazón. La victoria de 1986 fue sin duda la
más inolvidable, al hacer 2º en la contrarreloj decisiva de 28 kilómetros en la
Praia da Amorosa, decidiendo el podio final a escasos 15 segundos del 2º clasificado
de la general, el ciclista Benedito Ferreira del Torriense/Sicasal.
El campeón portugués también vivió aventuras en pruebas extranjeras, como
en 1982 cuando ganó la Carrera de la Independencia, en Brasil, que adoró por el
grado de dificultad que imponía a los ciclistas a lo largo de las dos semanas a
pedalear de Sao Paulo a Brasilia. Inolvidables fueron igualmente las participaciones
en el Tour de France de 1980 y 1984, la primera al lado del gran Joaquim
Agostinho y la segunda aún más sentida por haber sido el año de la muerte del
ciclista, fallecido en mayo y la prueba a se disputar en julio, siendo la
participación del equipo más en gesto de homenaje que en busca de una
victoria.
También no faltaron los episodios anecdóticos en su vida de ciclista. A los
21 años, invitaron a una representación portuguesa para ir a la Vuelta a Sudáfrica,
donde había una gran comunidad portuguesa y todos fueron recibidos en
apoteosis. Marco Chagas ganó esta carrera, pero cuando los ciclistas llegaron a
Portugal fueron suspendidos por 6 meses, acusados de pactar con el apartheid.
A los 33 años, tras dos años en el equipo Louletano y una temporada en el
Orima, decidió poner fin a su carrera como ciclista profesional no logrando,
sin embargo, mantenerse apartado de este deporte y se aventurando como
entrenador. En los dos primeros años entrenó un equipo pequeño, el Tensai, que amoldó
a su imagen, pero en los tres años siguientes se mudó a el Sicasal, que no
tenía nada de pequeño, tal como la forma de trabajar ya implementada dentro del
equipo no tenía nada que ver con su manera de estar en el ciclismo, conduciendo
a un punto final en esta aventura. Actualmente, es comentarista de las pruebas más
importantes de ciclismo en el canal de televisión pública, RTP, actividad que comenzó
a desempeñar aún era corredor.
Pero como suelo decir... “ciclista un
día, ciclista toda la vida”... Y aquí es donde los clásicos entran de nuevo
en esta historia. ¿Qué puede tener en común Gene Kelly en el clásico “Singin'
In The Rain” y el ciclista Marco Chagas? Nada. ¿En mi cabeza? Todo. Tal como el
galán de cine bailaba y cantaba feliz bajo la lluvia en la película donde el guión
le llevaba a cambiar la forma como actuaba, adaptándose a la transformación del cine
mudo para los musicales si quisiera seguir siendo un actor y, por supuesto, terminando
por se enamorar por el personaje femenino con quien compartía la pasión por el
arte de la interpretación, también el campeón de ciclismo no logró mantenerse
alejado de su pasión, adaptándose a la transformación de la bici de
carretera por la de BTT. A 19 de noviembre de 2011, precisamente en el día en
que cumplió 55 primaveras, fundó el Clube de Ciclismo Marco Chagas, en el que
ahora corre con la clase de siempre, cual Gene Kelly portugués a pedalear feliz
en el barro. Su expresión no podría mostrar una mayor pasión: «Quiero seguir a pedalear por ahí, con rueda
fina o gruesa, en carretera o fuera de ella y a disfrutar de este deporte, tan
hermoso y tan saludable, que es el ciclismo».
Gracias Marco Chagas, Señor del Ciclismo Portugués. Gracias por todos estos
años de dedicación al ciclismo, por cerca de medio millón de kilómetros pedaleados
dentro y fuera de Portugal, por me haber hecho encantar por el deporte más
fascinante del mundo, por hacer del ciclismo su vida y intentar pasar a todos nosotros lo que de más precioso
tiene este deporte.
Fotos: Facebook Clube de Ciclismo Marco Chagas; Sporting Clube de Portugal
Comentários
Enviar um comentário